"Está en juego la confianza o la desconfianza que les tenemos a los jóvenes"
Al respecto de la baja de imputabilidad
penal juvenil y el hecho social que ello plantea, dialogamos con
Matías Rodríguez, director Nacional de Juventud. El martes 17 de
abril se enviaron al Poder Legislativo 376.609 firmas de ciudadanas y
ciudadanos que están de acuerdo en bajar la edad de imputabilidad
juvenil de 18 a 16 años. La iniciativa fue presentada por la
oposición en 2010, y el proyecto busca rebajar la edad de
imputabilidad penal, crear un instituto de rehabilitación
adolescente y mantener los antecedentes una vez superados los 18
años.
Hay en Uruguay 260 mil adolescentes
entre 13 y 18 años. Menos de mil están implicados con la ley penal
y 350 de ellos han cometido delitos graves y ahora están privados de
libertad. Las cifras indican que del total de los delitos cometidos
en el país, 5.9% fue realizado por menores de edad: 2% contra la
persona y 98% restante son delitos contra la propiedad.
¿Cuál es tu reflexión personal ante
esta respuesta social?
Creo que es legítimo que la gente se
organice para pelear por lo que quiere o por lo que entiende. Pero
creo que nos equivocamos como país, como sociedad, si seguimos esa
iniciativa; vamos a estar reproduciendo aún más aquello que
queremos combatir.
¿Por qué?
Porque esta propuesta es mentirosa. Le
oculta a la gente un conjunto de acciones, de avances, de acuerdos
que ya se han hecho entre los distintos partidos políticos. Esta
convocatoria de las firmas busca crear una institucionalidad
especializada para atender esta población, desvinculada del INAU,
bajar la edad de imputabilidad y mantener los antecedentes. Estas
tres cosas ya sucedieron. Porque se creó el SIRPA [Sistema de
Responsabilidad Penal Adolescente], ya están incorporados los
antecedentes de los menores cuando pasan a ser mayores, y porque los
jóvenes ya son imputables.
Hoy está comprobado que las cárceles,
lamentablemente, cumplen un rol como universidades o escuelas del
delito. Ojalá lleguemos a tener más centros de privación de
libertad que cumplan un rol educativo, y el SIRPA busca eso. Creo que
aumentar el tiempo de encierro y el contacto entre personas que están
privadas de libertad no hace otra cosa que reproducir rápidamente y
en mayor medida las probabilidades futuras de repetir aquella
conducta que queremos que se radique.
También está comprobado que las
medidas alternativas de privación de libertad, es decir, medidas que
tienen que ver con el desarrollo de actividades comunitarias, también
son medidas que favorecen el cambio de comportamiento futuro, la
recuperación.
¿Socialmente hay algo más allá del
miedo y la inseguridad?
Sí. En el fondo está en juego la
confianza o la desconfianza que les tenemos a los jóvenes, así como
la legitimidad que vemos en ellos. A una sociedad que le cuesta tanto
el recambio generacional en todos los órdenes, resulta bastante
“natural” [las comillas son suyas] o explicable que tenga una
reacción tan virulenta hacia la juventud. A veces decidimos
depositar en los jóvenes un conjunto de culpas o de males que
tenemos como sociedad y ellos son el chivo expiatorio. Hay un tema de
confianza y de desconfianza, latente, explícito, y hay un medio real
y un miedo construido.
¿Que opinión te merece la grupalidad
de jóvenes que se movilizan socialmente?
Me gustaría vivir en una sociedad
donde los jóvenes pudieran patear la mesa mucho más y donde
pudieran reclamar, ejercer más presión, tener más visibilidad
positiva. Eso no quita que haya jóvenes que hagan cosas, pero es
cierto que me gustaría ver más movilización. También es cierto
que a veces somos un poco hipócritas en el discurso de los jóvenes
y de la participación y ¿cuánto de eso se traduce efectivamente en
la participación real y no simbólica? Es de las cosas que queremos
construir desde INJU: incidencia, ciudadanía real, desde el poder
tomar decisiones y desde la visibilidad.
¿Qué hace falta entonces?
Falta mucha voluntad de la gente,
voluntad de las instituciones, de las organizaciones, abrirse al
cambio. Nos falta ser menos conservadores, ser más abiertos. Nos
falta confianza. Esto no es un problema de recursos es un problema de
decisión, de voluntad política, arriesgarse, innovar, tener ganas
de hacer, de creer. Pasa por ahí.
Seguramente si hubiera más gente joven
tomando la palabra pública, tomando decisiones, conduciendo las
organizaciones, las instituciones, seguramente las cosas irían
mejor, solo que no nos damos la oportunidad para que esas cosas
sucedan. Es un tema de cabeza, de cómo nos paramos frente al tema y
de cómo nos cuesta cambiar.
Como gobierno de izquierda, nuestras
políticas están acompañadas, o pretenden estarlo, de un cambio
cultural que es de conciencia, que tiene que ver con cómo nos vemos
como sociedad, como ciudadanos; no podemos caminar hacia una sociedad
más integrada si no tenemos la posibilidad de mirarnos a los ojos y
de reconocernos como parte de una sociedad. Y creo que desde el
gobierno también nos toca esa tarea que es la de educar. La de
transmitir un mensaje que tiene que ver con esto.
Fuente: Página institucional de MIDES - 20 de abril de 2012
Cuando no se le pone límite a la estigmatización se pueden llegar a situaciones como la que describimos a continuación. Publicamos notas sobre el caso de un chico afro-estadounidense (Trayvon Martin) que fue asesinado en febrero pasado por ser de raza negra. De esta forma queremos vincular la noticia a la reflexión sobre los estereotipos y como éstos hacen que por el sólo hecho de poseer un rasgo "sospechoso" te conviertas en víctima de la desconfianza, la violencia y el ataque de otros. Esto es lo que se promueve con la baja de la ley de imputabilidad y esto es lo que está detrás del caso de Trayvon.
Les dejamos algunas fotos de la "marcha de las capuchas"
UBUNTU dice no a la baja!!
-------------------------------------------------------------------------------
Lo mataron por usar capucha
-------------------------------------------------------------------------------
Lo mataron por usar capucha
Cuando no se le pone límite a la estigmatización se pueden llegar a situaciones como la que describimos a continuación. Publicamos notas sobre el caso de un chico afro-estadounidense (Trayvon Martin) que fue asesinado en febrero pasado por ser de raza negra. De esta forma queremos vincular la noticia a la reflexión sobre los estereotipos y como éstos hacen que por el sólo hecho de poseer un rasgo "sospechoso" te conviertas en víctima de la desconfianza, la violencia y el ataque de otros. Esto es lo que se promueve con la baja de la ley de imputabilidad y esto es lo que está detrás del caso de Trayvon.
El caso Trayvon Martin: prensa y raza
en Estados Unidos
Luis Fajardo
Una de las historias más leídas y
comentadas en BBC Mundo la semana pasada fue la de la polémica en
Estados Unidos por el caso de Trayvon Martin, el adolescente negro y
desarmado muerto de un tiro por George Zimmerman, un hombre de
ancestro blanco e hispano quien alega que actuó en defensa propia.
Es bien sabido que en aquí en EE.UU.
los hechos de violencia con connotaciones raciales tienden a generar
una cantidad explosiva de interés en la audiencia y de controversia
en la arena política.
También es un tema particularmente
dado a herir susceptibilidades. Algunos lo llaman el "riel
electrificado" de la política estadounidense, el que muchos
temen tocar por miedo a salir chamuscados de un modo u otro.
Desde el punto de vista periodístico,
creo que uno de los retos de tratar el tema racial es transmitir de
un país a otro el contexto particular en que se da la discusión,
contexto que varía mucho entre culturas.
Recuerdo, por ejemplo, que varios de
nuestros lectores uruguayos nos reclamaron cuando escribimos en
diciembre pasado una historia sobre las acusaciones de racismo contra
el futbolista Luis Suárez en la Premier League inglesa.
Para algunos era simplemente
inconcebible que alguien pudiera llamar racista a Suárez por decirle
a un adversario "negrito", una expresión que, en opinión
del deportista, no tenía una connotación negativa en la cultura
uruguaya. Mientras que para muchos británicos era imposible que una
frase así fuera entendida como algo distinto a un fuerte insulto
racista.
Teniendo en cuenta todo esto, para
nosotros era importante explicarle en detalle a nuestra audiencia el
profundo impacto que el incidente de Trayvon Martin puede tener en la
sociedad y en la política estadounidense, particularmente en un año
electoral, donde, por añadidura, Barack Obama, el primer presidente
de raza negra, aspira a la reelección. En esta historia, como en
pocas, el contexto lo es todo.
Como parte de nuestro cubrimiento
discutimos la polémica por la ley que autoriza en Florida y otros
estados del país matar en defensa propia bajo ciertas condiciones,
la misma que invocan los defensores de Zimmerman para justificar su
acción.
También presentamos un análisis, más
allá de la formalidad jurídica, acerca de las corrientes de
controversia política y sobre todo racial que rodean al caso.
En un artículo publicado esta semana
en el sitio web del Instituto Poynter, uno de los más prestigiosos
centros de estudio sobre el periodismo en Estados Unidos, su editora
discutía algunos de los retos que ha tenido para la prensa de ese
país cubrir de manera apropiada y balanceada este caso.
Para dar una idea de la complejidad y
la sutileza que puede alcanzar la discusión sobre este asunto en
Estados Unidos, la comentarista se preguntaba si era apropiado
ilustrar la noticia con fotos de la víctima vestido con una capucha,
que algunos asocian con la delincuencia juvenil, y más
específicamente con la de jóvenes de raza negra.
En BBC Mundo hicimos referencia a ese
ángulo de la polémica con una galería de fotos sobre la "marcha
de las capuchas", las protestas simbólicas en las cuales
cientos de personas en Estados Unidos adoptaron como suya la prenda
de vestir que llevaba Trayvon cuando lo mataron, manifestándose
contra lo que algunos ven como su injusta estigmatización.
Todo parece indicar que la polémica
por la muerte de Trayvon Martin apenas comienza, y no sería
sorprendente si juega un papel más destacado en las elecciones
estadounidenses a final de año.
Nosotros en BBC Mundo seguiremos
trabajando para entregarle a nuestra audiencia internacional las
particularidades, el contexto y la relevancia de este caso y la
manera como ayudará a moldear no solo la política sino las
relaciones raciales en Estados Unidos.
Les dejamos algunas fotos de la "marcha de las capuchas"
Fuente: BBC - 27 de marzo de 2012 http://www.bbc.co.uk/blogs/mundo/blog_de_los_editores/2012/03/el_caso_trayvon_martin_prensa.html
DISCUSIÓN DE LA POLÉMICA POR PARTE DE LA BBC
Daniel Nasaw
BBC
Martes, 20 de marzo de 2012
La muerte a tiros de un adolescente
desarmado en Florida provocó protestas exigiendo la detención del
autor quien asegura que actuó en defensa propia. Pero ¿qué tanta
fuerza permite la ley?
En una noche oscura y lluviosa de
febrero, un vigilante voluntario de vecindario, George Zimmerman,
estaba sentado en su auto en Sanford, Florida y tenía legalmente una
pistola de 9mm a su lado.
Zimmerman argumentó que esa noche
estaba patrullando el vecindario porque el crimen en la zona había
aumentado considerablemente. Se alertó aún más cuando vio al joven
negro con una sudadera con capucha.
En la grabación de su llamada al
servicio de emergencias revelada por la policía, Zimmerman le dice a
la telefonista desde su camioneta que un "hombre verdaderamente
sospechoso" que "parece que está tramando algo malo o que
está drogado" estaba caminando por el barrio.
Se escucha a Zimmerman, de 28 años,
jadeando y resoplando como si estuviera corriendo y le dice a la
operadora que está siguiendo a la persona. Ésta responde: "OK,
no es necesario que haga eso".
Segundos más tarde, se produjo un
enfrentamiento, una pelea y se realizó un disparo. Trayvon Martin,
de 17 años, fue baleado en el pecho y murió.
Zimmerman fue detenido e interrogado
por el departamento de policía local y luego puesto en libertad sin
cargos. Le aseguró a la policía que Martin había iniciado la pelea
y le había disparado en defensa propia.
El jefe de la policía de Sanford, Bill
Lee, dijo que sus agentes no levantaron cargos a Zimmerman porque no
había evidencia que contradijera su declaración.
Pero la familia de Martin asegura que
la policía de Sanford está protegiendo a Zimmerman porque sienten
empatía con un hombre que aparentemente quería pertenecer a la
policía.
El Departamento de Justicia de EE.UU.
anunció que abriría una investigación, tal y como lo solicitó la
familia Martin.
Y más de 480.000 personas -entre ellas
el director de cine Spike Lee, la actriz Mia Farrow y el músico
Wyclef- firmaron una petición en internet que exige que Zimmerman
sea procesado.
Ley "quieto o disparo"
El incidente arroja luz sobre una ley
de autodefensa aprobada hace siete años en Florida, que los críticos
aseguran es demasiado indulgente.
La ley, conocida como el estatuto de
"quieto o disparo", protege de una persecución penal o
responsabilidad civil a las personas que reclaman legítima defensa
después de un tiroteo o incidente violento.
Se trata de una de las leyes de este
tipo con más alcance en EE.UU. que indica que las personas no tienen
la obligación de retirarse de un lugar en donde tienen el derecho de
estar y además pueden utilizar la fuerza mortal si creen que están
en peligro de muerte o daños graves.
"Se puede
responder con fuerza a la fuerza"
Janet Malcolm,
Universidad de Derecho George Mason
Antes de 2005, la fuerza letal sólo se
permitía si el autor había demostrado que él o ella había tratado
de evitar la confrontación.
Es difícil decir cuántos estados
tienen leyes de "quieto o disparo" porque esas normas
tienen distintos matices en los términos.
Pero de acuerdo con la Asociación de
Fiscales, por lo menos 33 estados tienen leyes que amplían el
derecho de usar la fuerza letal en defensa propia, tal y como dice la
"Doctrina del castillo", un principio que se remonta a una
ley común inglesa que establece el derecho a defender la propia casa
de invasión y ataque.
"Si uno tiene el derecho a estar
allí, no debería sentirse obligado a retirarse antes de usar la
fuerza letal", dice el profesor Janet Malcolm de la Universidad
de Derecho George Mason, en Virginia.
"La idea es que si alguien está a
punto de atacarlo, no tiene que dar la vuelta y huir. Se puede
responder con fuerza a la fuerza".
Sus partidarios afirman que además de
salvaguardar los derechos legales de las personas inocentes obligadas
a defenderse en situaciones donde se pone en riesgo su vida, también
la ley disuade a la delincuencia.
Los críticos insisten en que las leyes
hacen que sea mucho más difícil que las autoridades persigan
crímenes violentos, porque establecen una presunción de autodefensa
que es muy difícil que las autoridades puedan refutar.
"Cuando algo sucede, se crea una
situación en la que no hay compensación criminal o civil para una
persona que resulta herida o que pierde a un ser querido", dice
Laura Cutilletta, abogado de la Comunidad Jurídica contra la
Violencia, con base en San Francisco.
"Antes la carga solía pesar sobre
la persona que disparó que era quien tenía que probar que estaba en
peligro y utilizó la fuerza mortal. La ley de Florida desplaza la
carga, ahora los fiscales tienen que probar un hecho negativo".
Bajo la ley de la Florida y la de otros
estados, no se requiere probar que hubo una amenaza real, el tirador
sólo debe tener "razones para creer" que está en peligro
mortal, dice Vilos.
"Simplemente tiene que demostrar
que tuvo razones para creer que estaba a punto de cometerse un crimen
y que hizo lo que creía que era necesario para detenerlo".
Trayvon Martin regresaba de una
tienda en la que había comprado chocolate y té.
|
Inmune al arresto
La ley de la Florida va todavía un
paso más lejos que otros estados en EE.UU., dicen algunos expertos.
Mientras que otros estados se puede
utilizar el argumento de defensa propia en el juicio, la ley de
Florida puede hacer que una persona que reclama defensa propia sea
inmune al arresto o enjuiciamiento.
"Eso es realmente extraordinario",
dice Stuart Green, un profesor de derecho en la Universidad de
Rutgers en Nueva Jersey que ha estudiado las leyes de defensa
personal.
"Se está quitando el juicio de
las manos del jurado y de los fiscales y se le dice a la policía que
ellos "deben juzgar si arrestar o no".
"Están enviando un mensaje
bastante claro: 'No vamos a considerarlo como criminal ni siquiera en
etapa preliminar. No debería ser sujeto a un arresto aún si mató a
otro ser humano".
El criminólogo Gary Kleck de la
Universidad del Estado de Florida, que ha estudiado la disuasión y
armas de fuego, niega la teoría de que mientras más leyes de
defensa propia haya, menos delincuencia.
"La idea de que los criminales son
sensibles a ese tipo de cambio en la ley es descabellada", dice.
"Hay cientos de nuevas leyes
penales en cada estado aprobadas cada año y el ciudadano promedio no
es consciente de ellos. Dudo que tenga algún impacto".
Análisis peridístico sobre el caso de la BBC
El incidente encendió nuevas tensiones raciales en Estados Unidos. |
La muerte del adolescente desarmado
que fue abatido de un tiro bajo el argumento de "defensa propia"
en Florida, se ha convertido en un asunto de interés nacional en
Estados Unidos. Y ha llegado a boca del presidente.
En una conferencia de prensa fuera de
la Casa Blanca, Barack Obama aseguró que la tragedia debería mover
la conciencia nacional.
El incidente que desató la polémica
ocurrió hace días en una comunidad residencial cerca de Orlando, en
Florida. Un adolescente, Trayvon Martin, caminaba por el barrio
llevando en su bolsillo una bolsa de dulces y una lata de té helado,
cuando fue abordado por George Zimmerman, miembro de una patrulla de
vigilancia integrada por voluntarios del vecindario.
Tras un enfrentamiento, Zimmerman le
disparó y después justificó su actuación alegando que actuaba en
defensa propia. Hasta el momento no ha sido arrestado.
Zimmerman había dicho a un operador de
la línea de emergencia que Martin llevaba puesta la capucha de su
chaqueta y le parecía sospechoso.
Y hay un detalle central en la historia
que ha tocado áreas muy sensibles de la ciudadanía estadounidense:
Trayvon Martin era negro.
"Se parecería a Trayvon"
El presidente Obama hizo contundentes
comentarios al respecto.
"Si yo tuviera un hijo se
parecería a Trayvon", dijo a los periodistas. "Solo puedo
imaginar por lo que sus padres están pasando y cuando pienso en este
chico pienso en mis propios hijos", dijo Obama.
Agregó que "yo pienso que ellos
tienen derecho a esperar que todos nosotros como estadounidenses
tomemos esto con la seriedad que se merece y vamos a llegar al fondo
de lo que pasó".
Según el editor de América del Norte
de la BBC, Mark Mardell, esas observaciones son "inusuales y
deliberadas y algunos las hallan controvertidas", pues es poco
frecuente que el presidente se inmiscuya en polémicas raciales, un
asunto que tiene el potencial de ser políticamente explosivo.
"Lo que a menudo es aceptado como
obvio y de sentido común entre los afroestadounidenses pueden ser
considerado como sorprendente y provocador por parte de algunos
blancos".
"Obama expresó lo que muchos
estadounidenses negros sienten: el color por sí solo hace que
algunos blancos los vean como delincuentes", dice Mardell.
Tintes raciales
Las tonalidades raciales en el
incidente han encendido una mecha explosiva en EE.UU.: el debate
sobre la presunción de culpabilidad sólo por el aspecto.
Si yo tuviera un hijo se parecería a Trayvon"
Barack Obama, presidente de EE.UU.
|
"El estereotipo racial existe en
EE.UU. y en Florida. Cuando la policía detiene a un negro, un
hispano o alguien basado sólo en la apariencia, se equivoca. Pero
sucede", dijo a BBC Mundo, Derek Newton, vocero de la Unión
Americana de Derechos Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) de
Florida.
Para la familia Martin, si el pistolero
hubiese sido negro y la víctima de raza blanca, no habría duda de
que el pistolero estaría detenido.
"Se trata de pedir justicia
equitativa", aseguró a los medios locales Benjamin Crump,
abogado de la familia Martin.
Sin embargo, la familia de Zimmerman se
ha empeñado en negar que se trate de un crimen de odio racial.
Mediante un comunicado aseguraron que
su hijo -quien fue adoptado por una familia judía- es hispano y
creció en una familia multirracial.
Pero para el analista Mardell, las
palabras de Obama levantarán más controversia.
"La poderosa identificación del
presidente Obama con la familia de Martin Trayvon será bien recibida
por muchos. Pero sería sorprendente que sus oponentes no se quejaran
de que está simpatizando con algunas personas sólo por su raza".
El presidente fue duramente criticado
en 2009 cuando llamó "estúpido" a un policía que detuvo
a un profesor negro de la universidad de Harvard cuando intentaba
ingresar a su propio hogar, luego que un vecino lo hubiese denunciado
como sospechoso.
Derechos civiles
Algunas de las asociaciones de derechos
civiles consultadas por BBC Mundo prefieren no centrar el asunto en
la controversia racial.
"Se necesita una investigación
exhaustiva, profesional e imparcial, sin importar la raza. El debido
proceso y la aplicación igualitaria de la ley es un asunto de
derechos civiles. Eso es lo que estamos exigiendo - una investigación
de calidad", asegura Newton.
Sin embargo, otros dirigentes de
asociaciones por los derechos civiles no piensan lo mismo del tema.
"Ha reabierto las heridas que
nuestros padres, abuelos y bisabuelos sufrieron en épocas pasadas",
dijo Eddie Whitfield, de la Asociación Nacional para el Progreso de
la Gente de Raza Negra (NAACP, por sus siglas en inglés) a la cadena
local NBC.
Mientras que la afroestadounidense
Federica Wilson, legisladora federal demócrata por Florida, fue más
allá durante un discurso en la Cámara de Representantes en
Washington.
"Basta de discriminación racial.
Estoy harta de luchar cuando las pruebas son tan claras (...) Se
acabó el esconder los crímenes por discriminación racial al
invocar la defensa propia", aseguró.
Trayvon Martin: ¿Justicia para todos?
CARLOS HARRISON
Sybrina Fulton, madre de Trayvon Martin, al momento de escuchar que el hecho por la muerte de su hijo, irá a juicio Foto: AP |
Ahora se viene el juicio a George
Zimmerman. El caso cargado de racismo que provocó actos de protesta
en todo el país, marchas e indignación, está finalmente en su
camino a la corte, para ser juzgado por -esperemos- los compañeros
de Trayvon Martin. De todos modos, no es una justicia plena.
Zimmerman puede que admitir ser quien disparó, pero no es el único
culpable.
El caso, y el juicio, es sobre la
naturaleza del juicio en sí mismo. Se trata sobre si la justicia
realmente existe en Estados Unidos, o si se trata sólo de un código
de colores.
La víctima es de color negro. El
confeso atacante, blanco e hispano. (Muchos han cuestionado si se
trata de una tendencial redundante hacer esa distinción, tanto
blanco como hispanos. No lo es. Blanco es una raza. Hispano es una
etnia. Puede haber hispanos de distintas razas. Y muchos en Sandford,
Florida, donde ocurrió el asesinato, podrían jurar que si Zimmerman
hubiera sido negro, el habría sido detenido en la misma noche del
hecho, independientemente de su origen étnico.)
Esto es lo que se sabe:
Trayvon Martin, un joven afroamericano
de 17 años, usando una capucha, paseaba por el vecindario equivocado
el 26 de febrero en su regreso desde un 7-Eleven, llevando "Skittles"
y una lata de té. George Zimmerman, de 28 años, coordinador de la
vigilancia vecinal de la comunidad cerrada, con un historial de
desconfiar de jóvenes negros, lo vi. Llamó al 911. Quien lo atendió
le dijo que no persiguiera a Trayvon. Él igual lo hizo.
Minutos después, una serie de llamadas
de otros vecinos inundaron el 911. Varios dijeron que escucharon a un
hombre pidiendo ayuda, luego un disparo. En al menos uno, el grito
que hiela la sangre, y el disparo, se pueden escuchar.
Aquí es donde las otras dos partes
entran, aquellos que transformaron una tragedia en un caso de
vergüenza nacional.
La Policía de Sandford y la comunidad
negra local tienen una larga e irritable historia. Los negros creen
que ellos no recibieron la misma medida de justicia. Ellos marcan
varios ejemplos: Travares McGill, asesinado por un guardias de
seguridad blancos en 2005 -un hijo de un oficial con varios años en
la policía de Sandford, el otro, voluntario del departamento. Los
guardias fueron absueltos.
Más recientemente, los golpes de un
adolescente blanco a un vagabundo negro. Los golpes fueron captados
por cámaras. La policía esperó varias semanas para detener al
sospechoso -el hijo de un teniente de la policía de Sandford.
Para los negros de la ciudad, dejar en
libertad a George Zimmerman, era otro ejemplo de injusticia a manos
de la policía.
Es fácil ver por qué. Desde el
principio, pareció -en el mejor de los casos- una investigación
embustera, rodeada por la ineptitud y la imposibilidad de perseguir
las líneas básicas y obvias de las pruebas. Para peor, pareció que
deliberadamente inclinada en contra de Trayvon Martin. Los testigos
reportaron que los investigadores "corregían" sus
declaraciones para que se adaptaran a la versión de Zimmerman sobre
los acontecimientos.
Luego, llegó el culpable final de esta
danza de la desgracia. La razón (o excusa, dependiendo del punto de
vista) que dio la policía para no arrestar a Zimmerman: la ley
"Stand your Ground". (Algo así como "Defiende tu
posición/terreno/lugar").
Zimmerman dijo que Trayvon Martin lo
atacó por detrás, que le dio un puñetazo en la cara, y que golpeó
su cabeza contra el suelo. Le disparó, dijo, en defensa propia.
En Florida, eso es todo lo que se
necesita. Si alguien se siente en peligro, no tiene que retirarse.
Ellos pueden "stand their ground" (mantener su posición),
y puede utilizar la fuerza letal para defenderse. Y eso está OK.
El mes pasado, el Tampa Bay Times
reportó que esa ley fue invocada al menos 130 veces. En el 70% hubo
una muerte implicada. En la mayoría de los casos, encontró el
periódico, la persona no enfrentó juicio. En 50 casos, la policía
no presentó ni un solo cargo.
El caso de Trayvon fue como sal para la
herida para muchos de la comunidad negra. Esta vez, sin embargo,
insistieron en la justicia. Casi seis semanas después del la muerte,
lo lograron. O por lo menos, algo.
"Sólo queremos un arresto",
dijo Sybrina Fulton, la madre de Trayvon, luego de que se anunciaran
los cargos el pasado miércoles. Y lo tenemos. Y yo digo "gracias,
gracias, gracias señor, gracias Jesús".
El juicio, sin embargo, será sobre el
tiroteo, no sobre la policía, o la ley. Así que no importa cuál
será el veredicto, porque dos de los mayores contribuyentes a la
indignante muerte de Trayvon, permanecerán indemnes, y no hay nada
para evitar que otro caso como este, vuelve a suceder.
Fuente: Noticas Terra. Com 12 de abril
de 2012
Ser joven no es delito y ser afrodescendiente tampoco!