12 ago 2011

FINALIZA EL AÑO INTERNACIONAL DE LA JUVENTUD


El viernes 12 de agosto finaliza el Año Internacional de la Juventud
Martes, 9 de agosto de 2011
Fuente: La Diaria

por Genoveva Malcuori


A pocas horas de culminar los 365 días destinados a conmemorar a los jóvenes, la diaria conversó con Matías Rodríguez, director nacional de Juventud del Ministerio de Desarrollo Social y responsable del Instituto Nacional de la Juventud (INJU). Anunció que el viernes, el presidente José Mujica rendirá cuentas en cadena nacional sobre lo hecho en materia de políticas para el sector, y que el sábado 20 se realizará la correcaminata "La juventud no es un delito", como cierre del año, en la que podrán participar personas mayores de 13 años.

-¿Los jóvenes en Uruguay se enteraron de que pasó fue el Año Internacional de la Juventud? 

-No, creo que no. Creo que pasó un poco inadvertido. Esto ayuda a los organismos especializados en juventud para promover determinadas acciones, pero es cierto que seguramente la gran mayoría de los jóvenes no se enteraron de que se celebró el Año internacional de la Juventud, como se celebró hace 25 años, en 1985.
Ese año tuvo importancia en el desarrollo de políticas de juventud, en la creación de las plataformas regionales, fue un primer momento fundacional de las políticas de juventud. Este segundo año la historia nos dirá qué significado tuvo.

-¿Qué tuvo de distinto este año con respecto a otros? 

-Había una agenda propia del gobierno de jerarquizar políticas de juventud y eso se expresó en un conjunto de acciones.
Para nosotros el Año Internacional de la Juventud fue un elemento que ayudó a impulsar esa agenda y a darle un marco supranacional. Pero nosotros no impulsamos todo este proceso, que tiene que ver con fortalecer el INJU, fortalecer políticas de juventud, elaborar un Plan Nacional de Juventudes, porque había un año internacional. ¡Bienvenido el año! Ayudó a jerarquizar, a dar visibilidad, a marcar pero en realidad también el tema formaba parte de una agenda nacional.

-¿Y en qué se avanzó?

-Presentamos el Plan Nacional de Juventudes, que reúne las principales decisiones o acciones de políticas públicas, sectoriales, destinadas a jóvenes. No la totalidad de las acciones que se desarrollan sino las políticas públicas nuevas que se han diseñado en lo que va del actual período de gobierno.
Creamos un ámbito de coordinación de las políticas de juventud que dependen del Consejo Nacional de Políticas Sociales; fortalecimos al INJU empezando a cumplir un rol distinto, el rol de un instituto que no solamente ejecuta pequeños programas de bajo impacto, sino que pasa a jugar en la cancha de las políticas sectoriales que impactan en la vida de los jóvenes.

-¿Cuándo van a empezar a verse los resultados del plan, sobre todo a nivel de políticas laborales? 

-Algunas cosas ya se vienen implementando.
Por ejemplo, en materia de empleo, un compromiso que asumió el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social fue destinar 35% de los recursos del Programa Objetivo Empleo para facilitar la inserción de jóvenes que tienen dificultad de inserción laboral. Eso ya se está implementando. Además, estamos por enviar un proyecto de ley al Parlamento con la nueva ley de Empleo Juvenil, que busca generar nuevos estímulos a los empresarios al contratar a jóvenes.
Estamos poniendo en funcionamiento un programa de intermediación laboral, donde un equipo de técnicos va a salir a dialogar con las distintas empresas para identificar las oportunidades que hoy ofrece el mercado de trabajo para jóvenes.

-En materia de educación, ¿se crearon los Centros Educativos Abiertos que se anunciaron en agosto de 2010? 

-Los Centros Educativos Abiertos van a comenzar a funcionar en 22 centros educativos, en liceos y UTU de todo el país, menos en Rivera y Flores. No se comenzó antes por aspectos administrativos.
En esta etapa estamos consolidando equipos de tres personas que van a desarrollar propuestas los fines de semana en liceos y UTU. La idea es que sea una propuesta que esté abierta al barrio, a la comunidad, a las personas que asisten a los centros educativos, pero también aquellos que no; queremos generar un espacio que habilite el encuentro generacional.
Vamos a tener dos grandes ejes.
La resignificación del centro educativo, convertirlo en un lugar más amigable donde suceden cosas que están buenas, que hacen que yo me acerque, y por lo tanto, que valga la pena permanecer o ir.
Pero para eso es clave el vínculo con la comunidad, y considerar lo que pasa el fin de semana y en la semana, y que lo que suceda adentro tenga que ver con lo que pasa afuera.

-Sí, comenzó a funcionar el programa Compromiso Educativo? 

-Sí, ese sí arrancó a comienzo de año. No es un programa de becas, busca trabajar sobre la sostenibilidad educativa de los adolescentes que llegan a cuarto año de liceo. Está dirigido a todos los adolescentes y jóvenes de los centros educativos donde se desarrolla la experiencia, aunque la beca económica la reciben sólo unos 1.600 jóvenes.
En los centros educativos se logró instalar un espacio de frecuencia por lo menos semanal, donde estudiantes universitarios o de formación docente apoyan y acompañan a los estudiantes para que puedan potenciar su trayectoria educativa, su pasaje por liceo o UTU.
Es un programa que hay que evaluarlo pero apostamos a extenderlo el año que viene a todo el país y a quinto y sexto de liceo.

Cambio de imagen -Para modificar la percepción negativa que muchas veces se tiene de los jóvenes; ¿qué se está haciendo?

 -Para hacer políticas de juventud hay que partir de los problemas que la sociedad le genera a los jóvenes para que se puedan desarrollar como ciudadanos o como personas; pero también tenemos que partir de las potencialidades que ellos tienen. Sin embargo, están los que insisten en colocar a los jóvenes en el peor de los lugares, donde surgen propuestas que apuntan a seguir reforzando la mano dura y esperar poco de ellos.
Hay una crisis de confianza, cuando se propone bajar la edad de imputabilidad, en el fondo hay un mensaje de profunda desconfianza en los jóvenes. Para mí, una sociedad que no espera nada de los jóvenes es una sociedad fracasada. No está dispuesta a abrirse a la creatividad, la innovación o a la capacidad transformadora de los jóvenes.
Para cambiar esta situación estamos desarrollando programas que apuntan a dar visibilidad, voz y protagonismo juvenil, como el Fondo de Iniciativas Juveniles. Es un fondo que pone a disposición de los jóvenes recursos económicos para que puedan desarrollar sus propios proyectos. Además estamos instalando 15 Centros de Ciudadanía Juvenil en el interior del país, compuestos por equipos que van a estar acompañando o asistiendo a los colectivos de jóvenes para que una idea se transforme en proyecto o en realidad.

-¿Qué fue lo que llevó a algunos sectores de la sociedad a esperar poco de los jóvenes? 

-Yo no digo que la sociedad uruguaya no espere nada o poco de los jóvenes. Creo que hay algunos actores que están queriendo impulsar, culpabilizar a los jóvenes porque los consideran responsables de la inseguridad pública. Se rasgan las vestiduras por la seguridad ciudadana, pero tal vez no se rasgan las vestiduras por las certezas que tenemos que dar a los jóvenes para garantizar sus derechos a la educación y al trabajo. Pero no todos los uruguayos piensan eso, lo que sí creo es que lamentablemente es un discurso que prende fácil.
Además hay que reconocer que a veces se sobredimensiona el lugar que tienen los jóvenes en los delitos. Bajo ese argumento surgen propuestas donde se dicen cosas que faltan a la verdad, porque los jóvenes en nuestro país son imputables, a partir de los 13 años son privados de libertad, reciben penas. Hay aspectos que históricamente han funcionado mal, y ahora se están tomando las riendas del asunto y efectivamente se están generando cambios. Además es mentira que bajando la edad de imputabilidad vamos a mejorar la seguridad, al contrario, en todo caso aumentan las posibilidades de que un joven pueda estar más tiempo privado de libertad y más en contacto con personas de las que puede aprender, y se reproduce más fácil el delito.

-¿Considera que no hay que llegar, ni siquiera, a la instancia de voto o consulta ciudadana? 

-Yo no voy a firmar, pero es una herramienta de la democracia, y si la ciudadanía entiende que hay que utilizarla, bienvenida sea. Pero la considero una medida regresiva desde el punto de vista de los Derechos Humanos, estaríamos yendo en contra de la Convención Internacional de los Derechos del Niño. 

Fuente: La Diaria 




El Año Internacional de la Juventud, sirvió para colocar a la juventud como sujeto de políticas. Existe el Plan Nacional de Juventud dónde las necesidades de la juventud son diagnosticadas y mediante diferentes líneas de trabajo se busca darles respuesta. Podemos decir que se está trabajando desde un marco de derechos, reconociendo los derechos específicos de la juventud y la necesidad de la aplicación de políticas públicas hacia este sector. Sin embargo, lejos se está de la promoción de una ciudadanía activa juvenil, ya que se carece de espacios de participación y de interlocución entre la sociedad civil y el gobierno, dónde la juventud participe activa y protagónicamente. Definiendo e incidiendo en el diseño de las políticas y con espacios habilitados para ejercer el control ciudadano sobre esas políticas. En ese sentido aún quedan caminos por recorrer. Desde UBUNTU nos preguntamos, Cómo estas políticas están impactando en la juventud afrodescendiente?

Los datos socio-demográficos nos siguen mostrando que existen fuertes desigualdades en relación al impacto negativo del Racismo en el acceso a la estructura de oportunidades para la juventud afrodescendiente. Hasta el momento, el diseño de la política de juventud sigue sin contemplar la dimensión étnico-racial y está lejos de dar respuesta a las demandas específicas de la juventud afrodescendiente. 



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