6 mar 2011

LA ESCLAVITUD DOMÉSTICA NO ERA TAN TOLERABLE COMO SE CREÍA

ESTUDIO DE CASO....LAS ESCLAVAS DEL RINCÓN

"La libertad parte, más allá del discurso, de un supuesto ético innegociable e insobornable: la soberanía individual y colectiva como sustento de la convivencia democrática."

HUGO ACEVEDO


En "Las esclavas del Rincón", la docente uruguaya Susana Cabrera --oriunda de nuestra capital pero radicada hace años en Tacuarembó-- propone una profunda reflexión en torno al aberrante estigma de la esclavitud, a partir de la recreación de un famoso caso judicial acaecido en el siglo XIX.
La autora asume una minuciosa investigación, procurando desentrañar los enigmas que rodearon al asesinato de doña Celedonia Wich de Salvañach. Acudiendo a múltiples fuentes documentales y testimonios, la escritora reconstruye un episodio removedor sucedido el 4 de julio de 1821, que sacudió la rutina cotidiana del Montevideo de la época. A partir de las revelaciones contenidas en documentos, actas y escritos judiciales, Susana Cabrera arma pacientemente el complejo rompecabezas de su relato.
La narración se inicia precisamente el día del asesinato, para luego evolucionar retrospectivamente hacia el corazón del conflicto humano que originó la tragedia. Tomando fragmentos de las declaraciones de los imputados --todos ellos esclavos negros-- ante la Justicia, la novelista hurga debajo de la epidermis de los personajes, con el propósito de esclarecer las causas de un caso sin dudas polémico, más allá de su mero desenlace.
Nutriéndose de los testimonios de las tres esclavas negras, la autora elabora un intenso relato que --al margen del mero episodio-- tiene un trasfondo eminentemente ético. Con precisos trazos costumbristas, Susana Cabrera reconstruye los escenarios de la sociedad de una época de doble moral, en la que era habitual comulgar cotidianamente en la iglesia pero admitir y aceptar la humillación de la esclavitud y la privación de la libertad como una circunstancia natural.
De los testimonios rescatados en esta obra, se infiere claramente que las esclavas negras que cometieron el homicidio, fueron víctimas de implacables prácticas de maltrato, torturas y castigos corporales por parte de su iracunda ama. Según los testimonios citados en este trabajo incluso de parte de familiares, Celedonia Wich de Salvañach era una mujer despiadada, que en sus momentos de ira irrefrenable, no dudaba en castigar con el látigo a sus esclavos e incluso hasta mofarse de sus cultos y creencias.
Aunque se remite con rigor a los testimonios de los protagonistas del trágico episodio, la autora ensaya una lectura crítica de la realidad a partir del cuestionamiento de la esclavitud como un fenómeno tan autoritario como degradante.
El libro contiene la transcripción del brillante alegato del doctor Lucas Obes, que tuvo a su cargo la responsabilidad de defender a las acusadas en condiciones naturalmente muy adversas. La pieza, más allá de lo meramente jurídico, comporta un intenso discurso crítico contra la esclavitud y una reivindicación de la libertad como supremo presupuesto de convivencia civilizada. Pese a los denodados esfuerzos del jurista, las acusadas fueron ejecutadas en la horca, multiplicando el drama originalmente gestado por el asesinato de la irascible viuda.
La sentencia que impuso la pena capital a las imputadas, que fue dictada por un tribunal condicionado a satisfacer las demandas de justicia de una sociedad jaqueada en sus privilegios por el acto de rebeldía, constituye también de por sí un contundente testimonio. "Las esclavas del Rincón", más allá de su estructura de novela, se erige un intenso alegato contra la esclavitud, el sometimiento y el autoritarismo de una sociedad frívola y de doble moral.
Susana Cabrera reconstruye la tragedia con trazo minucioso, desnudando sin eufemismos el implacable despotismo, la segregación, la violencia, la crueldad, el miedo, la humillación y la degradación humana en situaciones límite. *
Nota extraída del diario "La República" 16 de setiembre de 2001



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